Y sabedlo también: / este pavor de ir y venir / y no acabar las alas / y no rendirse en liza de verdad, / esta ceguera ruda entre la pólvora y su estrépito, / este murciélago aterrado, / súbito, / tan súbito que ya os estorba en vuestro gozo, / es el fantasma negro de los héroes / —aviesamente heridos por la espalda— / que fuimos algún día.