Tal vez el nombre de Ennio Flaiano no les diga, de momento, demasiado. Pero seguro que conocen películas como La dolce vita, 8 ½, Las noches de Cabiria, Giulietta de los espíritus, Los inútiles... Todas ellas son obra de Federico Fellini... y de Ennio Flaiano. Pues Flaiano fue el gran guionista de Fellini y el creador de todas esas historias. Como el propio Fellini reconocía, «Flaiano es el mejor guionista que he conocido... y un novelista absolutamente extraordinario».
Dos noches recoge dos novelas, dos historias de dos escritores romanos que aparecen como el derecho y el revés de un único yo disperso, escéptico y melancólico. El primero de ellos, Graziano, es un periodista indolente de día y un escritor inédito de noche, con auténtico terror a la página en blanco, seductor desastrosamente torpe a quien sólo llega a serenar la tácita admiración de Dory Nelson, chica de compañía. Una noche, mientras trata de cubrir la noticia de un avistamiento extraterrestre a las afueras de Roma, es abducido por una alienígena dócil e impasible que lo conduce hasta su nave nodriza. Comienza así una historia de amor entre dos seres, qué duda cabe, muy distintos.
El descontento y un inquieto aburrimiento, sin embargo, marcan la existencia de Adriano, protagonista de la segunda novela. Se trata de un escritor a quien todo le parece «sin peso, evitable, aburrido», y que conduce desde Roma al santuario donde un amigo cineasta, un tal Fellini, está rodando los exteriores de su próxima película, Las noches de Cabiria. Más tarde, se trasladará a su casa de la costa. Adriano encuentra allí la soledad de un litoral en el que se percibe «la calma, la profunda voluptuosidad del tiempo», pero en el que la inmovilidad de los siglos está ahora contaminada por la negligencia y la fealdad.