Ante el tiempo tiene un subtítulo que precisa el contenido del libro: Historia del arte y anacronismo de las imágenes. Georges Didi-Huberman aborda una multiplicidad de problemas y debates de la historia del arte en relación con el tiempo y sobre los tironeos de esa historia del arte con los modelos temporales de la historia propiamente dicha. La noción de anacronismo es epistemológicamente decisiva. La imagen es portadora de memoria, de modo que la relación entre tiempo e imagen supone un montaje de tiempos heterogéneos y discontinuos que sin embargo se conectan. Didi-Huberman plantea dos preguntas clave: '¿qué relación de la historia con el tiempo nos impone la imagen?' y '¿qué consecuencia tiene esto para la práctica de la historia del arte?'. El libro propone una arqueología de la historia del arte, cuestionando sin eufemismos ni vacilaciones la visión de Erwin Panofsky sobre la 'historia del arte como disciplina humanista'. Esta visión, antecedida por una tradición teórica que une a Vasari con Kant y con el mismo Panofsky, se prolonga hasta el presente, tras haberle cerrado el paso a quienes se propusieron 'reinventarla': Aby Warburg, Walter Benjamin y Carl Einstein. El libro se centra en estos tres pensadores del anacronismo, autores de obras poderosamente innovadoras. En sus textos teóricos las imágenes no toman la forma de fetiches intemporales sostenida por la estética clásica, ni la de simples crónicas figurativas como supone la crítica de arte positivista. Por vía del anacronismo esa parte maldita del historiador Didi-Huberman propone un nuevo modelo de temporalidad y coloca a la imagen en el centro de todo pensamiento sobre el tiempo.