Hay un tipo de poeta que se apoya en el quicio de una puerta ante el desierto, como John Wayne, y en lugar de limitarse a contemplar el paisaje, lo reconstruye, lo hace suyo a través del lenguaje. Sutil como un navajazo, troca las palabras conjurando la

Si alguna vez el lector se ha visto sorprendido por la aparición súbita de un animal en la carretera, entonces ha vivido el paréntesis existente entre la causa y el efecto, el hueco de una nueva realidad imperfecta. El paréntesis de lo sublime indefinido. La empatía insinúa toda una cadena de consecuencias en las que el lenguaje propone una relación emocional, visual y mágica.

Lo contrario del saludo es la violencia. Eso lo saben todos los animales, desde la musaraña hasta la ballena azul. Y lo contrario. de la violencia es el amor. Nos pasamos la vida clasificando el amor, decimos por ejemplo hay amigos, o hay hijos, o hay amantes, o hay… pero no tiene ningún sentido, es como. Lo contrario del amor es el nacimiento. Yo recuerdo perfectamente el mío: la aspereza del aire, la luz, el ruido, cegadora, insoportable. El frío infinito. Y luego setenta, catorce, uno , diecinueve, cero, veinte, veintiuno, doce, treinta y uno, cinco, siete, quince, veintiséis, veintitrés, diecinueve, dieciocho, diecisiete, ocho, dieciséis. Veinte. Felices.