Ismael Atta, traductor introvertido y frustrado, viaja de Madrid a Alhucemas, su ciudad natal, con la esperanza de llegar al entierro de su abuela. Un solar abandonado cuenta ese viaje en el que se mezclan, junto al humo de sus cigarrillos, la huida con el deseo de iniciar una vida nueva, la realidad con los sueños, el deseo con el deber, la narración con los textos inexistentes en una lengua oral.