La ternura es algo difícil de concluir y complicado de definir, todos tenemos una idea vaga y un concepto diferente de cuanto significa y es, pero al igual que acontece frente al amor o la felicidad, todos poseemos la capacidad de reconocer la ternura cuando sucede. Nos devuelve algo que nos pertenece, que nos une ante la adversidad y el dolor, algo común a nuestra esencia como seres humanos, algo que nace de lo más profundo y arcaico de nuestro corazón, la posibilidad de ser y sentir frente y con el otro, una capacidad que nos permite al mismo tiempo sentir lo propio en lo universal y viceversa, como individuo o comunidad, sentir la bondad y el afecto que nos convierte en seres capaces de experimentar la felicidad con la felicidad ajena y afligirnos en el dolor de nuestros semejantes.