"Tuve una jaula" cuenta una historia de terror. Estos poemas abordan las violencias cotidianas que construye el lenguaje, y que con el lenguaje se hacen carne, y contra las que con el lenguaje mismo tenemos que luchar: las violencias a las que se enfrenta una mujer en sus papeles distintos -el de la madre y la hija, el de la amiga y la amante, el de la mujer que es por sí misma-, y que aquí se cuentan en poemas descarnados, torrenciales. Un libro que afronta el nexo entre vida y lenguaje, el papel del idioma -y de la escritura, y de la poesía- en el reflejo de la vida, el idioma mismo como condena y como refugio al mismo tiempo.