El trabajo de Antonio Méndez no ha dejado de asombrarme. Su palabra me parece una exploración constante, la búsqueda de un mundo en donde el cuerpo, la memoria y, sobre todo, la escucha atenta tienen un lugar primordial. Estos ejes se combinan de tal modo que el autor es capaz de instaurar una política y una estética de lo fragmentario. Un recorrido incesante a través de parajes que tienen que ver con la ciudad, la nieve, el bosque, pero también con cuestiones que conciernen a la condición humana: la necesidad del en-cuentro; el valor del otro ya sea a través del susurro, de las notas al margen de lo cotidiano o de la concepción de los poemarios como bitácoras. Pablo Aros Legrand Torno es un libro-herramienta, montado con un enfoque dialógico, giratorio, rotativo. Su título remite a una máquina que tanto corta el metal como ayuda en alfarería, o sirve para hilar. Un libro (des)hecho de cruces no siempre previsibles ente palabra y mundo, que da vueltas sobre sí mismo como un derviche en silencio. El torno, como se sabe, en los conventos de clausura hace también pasar objetos de una parte a otr