Ted es raro raro. Pide siempre lo mismo para comer, elige siempre el mismo asiento en el metro y ordena religiosamente sus camisas según el día de la semana. También se sabe de memoria dónde están colocadas cada una de las referencias de la biblioteca donde trabaja y, de vez en cuando, se dibuja con rotulador unas cejas arqueadas para que su cara resulte más expresiva.
Émilie Gleason se ha inspirado en su hermano pequeño, quien padece un trastorno específico del desarrollo (TED), para narrar sin filtro y con infinita ternura las aventuras y desventuras de Ted, un ovni de piernas largas que adora las camas elásticas. Afirma la autora que “esta historia nació porque necesitaba expresar mi rabia y mi pena frente a las vivencias de mi hermano, diagnosticado de Asperger tardíamente. Enseguida elegí la senda del humor porque quería hacer reír a mis padres y devolverles algo de buen humor. En el cómic presento a mi hermano como un tipo raro un poco Mr. Bean, pero termino cada capítulo con un punto dramático para no alejar al lector de la dura realidad”.