Bien conocida es la continua presencia en todo el mundo hispánico incluido el ámbito sefardi- del Romancero tradicional, habitualmente estudiado dentro de unas coordenadas positivistas y formalistas (orígenes y transmisión, textos y variantes). Sin olvidar tales aproximaciones, se presentan aquí los romances más importantes y significativos en su relación con un mundo en descomposición, el del feudalismo, históricamente enmarcados en la época de la crisis del organicismo medieval. Puede decirse que se trata de una épica de nuevo estilo, la del ser humano en un universo en que las viejas señales interpretativas agüeros, sueños, símbolos- han perdido su sentido orientador, contribuyendo ahora a desrealizar el mundo y las relaciones humanas.
Pero es el amor donde estos hombres y mujeres descubren tardíamente muchas veces-
El medio de recuperar la unidad perdida y el sentido de la realidad. Por otra parte, en el mundo bellamente fantasmal del romancero destacan, en contraste con los masculinos, abundantes personajes femeninos decididos, voluntaiososo y capaces de todo por conseguir sus propósitos, es decir, por realizarse. Estas son las que bien pueden llamarse mujeres nuevas (como las de la novela sentimental, como las de La Celestina). De todo ello se da cumplida cuenta en la presente edición, primera que intenta penetrar en la conflictividad humana de unos seres tan atormentados.