Figura señera de las letras anglosajonas, la canadiense MARGARET ATWOOD (1939) nos ofrece en esta novela un singular y penetrante relato de una dolorosa lucha
interior. En compañía de su amante y de una pareja de amigos, la narradora parte hacia una isla lacustre para intentar encontrar a su padre, un viudo solitario que ha
desaparecido. Sumida en una profunda crisis de identidad, los siete días que permanece allí se revelarán como un espacio exento en el que descubrirá el trasfondo de
sus acompañantes, hará un balance de su infancia y de su vida afectiva, y experimentará un RESURGIR, con nueva intensidad, de sus obsesiones y deseos más
profundos. Una naturaleza virgen, vasta e indómita y unos apuntes, plagados de símbolos, de su progenitor serán la llave que le abra el camino al enfrentamiento con su
auténtico ser y a la aceptación, finalmente, del aislamiento y la soledad.