En este libro, casi auto de fe, Leonard Cohen parece pretender exorcizar sus dudas y confusiones, en este caso especialmente las religiones, que habrán de acompañarle en el transcurso de toda su obra. Están presentes los gérmenes del furor, el desgarramiento e incluso la brutalidad de obras posteriores. Como atractivo añadido, aparecen en él los textos de dos de sus más brillantes canciones: Suzanne, tal vez la más bella balada jamás escrita, y Avalanche.
Traducción de Antonio Resines. Edición bilingüe.