Ella resultó herida, mientras que él se fue para siempre de este mundo. Las cosas que había soñado hacer junto a él ya no se harían realidad. A veces sentía una leve brisa, come el aleteo de una mariposa y olía la delicada fragancia de una flor, como si alguien estuviera allí, susurrando dulces palabras al oído, protegiéndola. Sin embargo, ella no conocía el destino de los ángeles enamorados. Cuando volvió a contemplar de nuevo el mundo, no escuchó nunca más la melodiosa voz.
En el fondo de tu corazón, quizá tengas un bello paisaje que merezca la pena buscar toda la vida...
¿Eres tú? Ángel mío, el soplo de aire que me impide caer cuando tropiezo, cariño, ¿eres tú? Un bosque de ensueño empieza a florecer...