A principios de los años noventa, un jubilado chileno aterriza en Moscú con un plan tan heroico como disparatado: derrotar a los mejores ajedrecistas rusos. En las idas y venidas de la habitación de su hotel al antiguo parque en el que suelen darse cita los aficionados más temerarios, el viaje de Emanuel Moraga se revelará como una suerte de paseo onírico, con toques de comedia, por el desvencijado paisaje posterior a la Guerra Fría. Otra novelita rusa es un relato delirante sobre las frustraciones de la provincia y las extrañas formas que adopta la historia del siglo XX para colarse hasta en los rincones más insospechados. Gonzalo Maier firma un texto que se lee con complicidad y asombro, y que, con el correr de las páginas, vuela alto y lejos.