Las páginas de este libro, una vez agitadas, pueden provocar algunas minireacciones en cadena que dejen en la intemperie a la lectora y la conecte con otras personas para, ya sin las muletas falsas de la socialdemocracia y sin el fentanilo de la revolución a golpe de post en las redes, enlazarse para abrir brechas en este sistema violento. Naiara Puertas hace una profunda reflexión sobre el ‘decir’, el ‘vivir’, el ‘morir’ y el ‘hacer’ desde una ópticas muy crítica atravesada por la(s) precariedad(es) a la que está sometida la vida, pero también desde un fuerte posicionamiento ante la(s) hipocresía(s) política de quién quiere seguir con un activismo narrativo que no transforma la realidad. Nuda propiedad nos hace preguntas tan incómodas y necesarias como: ¿Qué hacer cuando las estructuras que matan a unos son las que nos mantienen con vida a nosotros, y además perdura el poso de que se ha tratado de conquistas obreras, nada menos?, ¿a qué nos arriesgamos si sugerimos modificar, siquiera mínimamente, dichas estructuras?, ¿qué harán con nosotros quienes viven de su existencia?.