Este libro ha abierto una brecha en nuestro mapa de ideas. Es una inspiración para construir mundos nuevos y sobre todo para quitarnos pieles muertas y antiguas que nos impiden ir más allá de nuestros modos de entender el pensamiento, la escritura y la forma de hacer política, no sin antes pasar por el incómodo proceso de reconocernos en el espejo del clasismo, el colonialismo y el academicismo. Notas sobre el hambre nos trae al centro al recordarnos que el mayor espacio de innovación y vanguardia intelectual, así como el de generación de herramientas para resistir, está abajo, en las calles de las favelas brasileñas, en los barrios y pueblos del mundo; y no los enclaustrantes pasillos de la academia. Helena Silvestre, mujer afroindígena y brasileña, se convirtió en activista muy joven, aún en la favela donde vivía con su familia, y donde se unió a movimientos comunitarios para mejorar las precarias condiciones de vida que caracterizan a las favelas brasileñas. Trabajó durante quince años en movimientos por una vivienda digna, a través de ocupaciones urbanas. Miembro de los movimientos periféricos y de c