Mucho antes de que lo hicieran Huxley y Orwell, el ruso Evgueni I. Zamiatin logra componer en 1920 esta sorprendente narración, la cual marca el inicio en toda regla de la novela antiutópica. Una extraña poesía de precisión matemática reina por toda esta obra, que cargada de ironía, sigue advirtiéndonos, hoy más que nunca, de que nunca estaremos a salvo de la vocación totalitaria. «Y nosotros, mis queridos lectores de otro planeta, iremos a visitarles para que vuestra vida sea tan ideal, racional y precisa como la nuestra», dice el constructor de la nave. Con los fenómenos de la globalización y cambio climático ya iniciados, la alerta sugerida por esta imponente novela tiene más vigencia que nunca.