«El sexto año de revolución llegó a Rusia junto con el hambre». Al término de la guerra civil entre bolcheviques y zaristas el país está devastado. Por si fuera poco, en la costa del Pacífico Japón pretende seguir expansiéndose sobre el territorio ruso. Por ello, Lenin decide crear un Estado tapón que se interponga entre Rusia y el imperio nipón: la República del Lejano Oriente, un territorio en disputa entre los rusos blancos y los rojos, y sobre el que todas las potencias mundiales desean ejercer su influencia.
Para ayudar al nuevo Estado, el Kremlin infiltra al agente secreto Maxim Isáiev en el bando zarista, dividido entre los posibilistas hermanos Merkúlov, aliados de las potencias mundiales, y los belicistas capitaneados por el atamán Semiónov y sus temibles cosacos. Enfrente tendrán al carismático comisario político Póstishev, que tratará de mantener alto el espíritu de sus maltrechas tropas, y al afamado militar Bliújer, nombrado ministro de la Guerra de la nueva república.
No se necesita contraseña es una espectacular novela de espías en la que las cargas a sable y los duelos de trenes blindados se alternan con encendidos debates sobre literatura y sobre las enormes contradicciones que ha de cabalgar todo proyecto revolucionario.