La morfología y evolución de las sociedades modernas están influidas por la lógica de los movimientos sociales: formas de acción colectivas basadas en el apoyo mutuo que plantean un conflicto entre dos o más actores sociales en torno a intereses de grupo. Su éxito ha estado históricamente mediatizado por sus recursos organizativos, la articulación de identidades colectivas y la existencia de oportunidades políticas.