Basamos buena parte de nuestra visión del mundo en las narraciones: con ellas hemos moldeado nuestra comprensión de lo que nos rodea desde las mitologías más primigenias. Nos mueve una pulsión que nos lleva a narrativizarnos. Somos contadores de nosotros mismos y receptores de los demás.
En estas páginas se serpentea por el camino de quienes quieren ser otros, y lo logran. Para ello, se cartografían ficciones (literarias, cinematográficas y videolúdicas) y se analizan las estrategias para robar la identidad, para controlar a terceros, para convertirse en quien no se es e, incluso, para crear nuevas entidades de la nada. Se avanza así en la cuestión de los avatares propios (y ajenos) y de los rostros públicos que manejamos para los muchos yos que hay en cada uno de nosotros.