La etnografía es una disciplina que goza de una renovada popularidad pero también se enfrenta a amenazas sin precedentes en su autonomía e integridad que provocan una amplia desorientación de los investigadores actuales.
Por ello, el prestigioso sociólogo francés Loïc Wacquant propone en Merodeando las calles retomar unas pautas de investigación de la pobreza urbana que escudriñen los mecanismos y significados de las prácticas de los desposeídos en contraste con las tesis de sus colegas norteamericanos de mayor relevancia en el campo Mitchell Duneier, Elijah Anderson y Katherine Newman.
Para Wacquant, el conformismo de la tradición estadounidense en la investigación de la pobreza se demuestra en sus estudios sobre las tribulaciones de los negros vendedores de libros ambulantes o las violentas batallas entre familias callejeras que se pliegan servilmente a las prescripciones y la propaganda de las políticas públicas para pasteurizar bajo una gruesa capa de moralismo el retrato multifacético de la oscura figura de "la calle"
En este sentido, la sociología estadounidense está vinculada a la llega-da de un nuevo modo de regulación de la pobreza que alía la "mano invisible" del mercado de trabajo desregulado al "puño de hierro" de un aparato penal intrusivo e hiperactivo, la progresiva construcción del Estado neoliberal y su «complejo asistencial carcelario» para el manejo punitivo de los pobres, en las calles y fuera de ellas.