Marx es, sin lugar a dudas, un pensador contemporáneo "esencial". Su Manifiesto comunista es, tras la Biblia, el libro más vendido en toda la Historia y posiblemente uno de los más influyentes entre los hombres y mujeres de todos los tiempos. Inmersos hoy en una crisis que trasciende lo meramente económico, pero que tiene en ello su raíz y fundamento, la lectura del pensador alemán de Tréveris es más urgente y necesaria que nunca. Conviene, a los jóvenes y no tan jóvenes, releer al filósofo que lleva a cabo la crítica más aguda y profunda del sistema capitalista y de las ideologías que lo sustentan. Conviene releer de nuevo el Manifiesto, hoy que los trabajadores no están precisamente unidos y que en muchas ocasiones los sindicatos han desfallecido en lo que debería ser su labor principal, esto es, la defensa de los intereses de los trabajadores. Conviene releer las Tesis sobre Feuerbach, para darse cuenta de que una Filosofía auténtica es transformadora de la realidad o no es nada, solo papel mojado y letra muerta. Conviene releer hoy, quizá más que nunca, los Manuscritos de Economía y Filosofía, revisitar las páginas en las que Marx reinterpreta e invierte la lectura hegeliana de la realidad (aquello de que "todo lo real es racional y todo lo racional es real"), las páginas inolvidables sobre la dialéctica del amo y el esclavo y pensar, así, en las nuevas esclavitudes del occidente neoliberal y en las crisis de la razón ilustrada y de las distintas razones ("vital", "íntegra", "sentiente", "histórica"...). Conviene pararse a reflexionar muy detenidamente acerca de la conciencia alienada, pero nunca en abstracto: quizá mejor, entonces, conviene que me detenga a pensar en aquello que me aliena a mí: la alienación económica y las otras alienaciones que son consecuencia (¿y quizá también causa, en un proceso de retroalimentación permanente?) de aquella. Y para ello sigue sin haber mejor maestro que Marx. Conviene, en fin, volver a uno de esos escasos pensadores capaces de sacudirnos de la modorra intelectual y del sueño de una Razón que ya ha producido demasiados monstruos.