Siguiendo el camino trazado por Irse a Madrid, Manuel Jabois relata en esta historia el viaje sin retorno de la paternidad. Con un estilo singular y libre de etiquetas, Jabois describe a modo de dietario el último año de su vida: el embarazo de su mujer, el periodismo y los primeros encuentros con Madrid, la ciudad a la que dijo como el Rastignac de Balzac: «¡Ahora tú y yo, cara a cara!».