Jack Kerouac escribió Maggie Cassidy, como todos sus libros, en un estado de ebriedad interno, en una frecuencia febril que se palpa desde la primera línea. El libro relata parte de la época adolescente del autor cuando vivía en Lowell, Massachusetts, con sus padres, en un hogar de clase baja, hacia 1939. La novela describe a un Jack Kerouac de 16 años literalmente víctima de un enamoramiento involuntario como todos los enamoramientos, que lo sume en una vorágine ingobernable de altibajos y extremos emocionales, que oscilan entre el éxtasis y el azote 'cuasi' masoquista. Jack se enamora y no sabe qué hacer, está azorado, pasmado, embebido con una hembra que se le metió hasta el fondo del esfínter anal, no hay salvación: enamorarse es lo peor y lo mejor de la vida, una hard drug legal que vuelve adicto a quien la consume. El enamoramiento reveló la personalidad inerte de un Kerouac adolescente que no tiene idea de cómo ser acróbata en un circo amatorio; su instinto, sin embargo, lo salva, un ángel o demonio protector le dice qué hacer, él obedece y arriba a una orilla muy distinta a la que imaginó: la de los outsiders de la cultura estadounidense de principios de los años cuarenta. Hincarle a Maggie Cassidy las muelas y degustar sus sabores resulta una experiencia literaria necesaria y gozosa.