La dictadura de Franco encontró serias dificultades en el terreno cultura. Es sabido que desde el "venceréis pero no convenceréis" unamuniano en 1936, intelectuales y pensadores en muy diferentes posiciones resistieron y se enfrentaron al dictador hasta su muerte en 1975. Para acallar la protesta y la disidencia no se reparó en medios y las armas fueron usadas con contundencia asesinando, encarcelando o expulsando del país a todo pensador, escritor, profesor o artista que desafiara al poder.
Pero junto a la resistencia y la represión, no hay que olvidar que también hubo sintonía y colaboración entre intelectuales y dictadura mientras ésta se mantuvo en pie. Hubo quienes prestaron sus ideas y su pluma para la defensa y legitimación del poder autoritario y obtuvieron a cambio suculentas recompensas, ya fuera en forma de cátedra universitaria, de premio artístico concedido por el gobierno o de sillón en una Real Academia.
Los estudios que componen en este libro retratan las complejas relaciones entre poder y cultura, intelectuales y dictadura en el Franquismo, en las que se plasmaban tanto actitudes de resistencia como de consentimiento y refuerzo del orden establecido. Para ello los autores se adentran en los múltiples campos de una realidad cultural en profunda transformación, desde las aulas universitarias hasta las pantallas de cine, desde los museos hasta los manuales escolares, desde los libros de filosofía hasta los tebeos, desde la alta cultura a la cultura popular.