En "Los cuentos de así fue", la poderosa imaginación de Kipling atrapa al lector y lo sitúa ante un mundo mágico, fascinante a la vez que equilibrado. Pensando en sus jóvenes lectores, Kipling propone formas, actitudes y conductas adecuadas para desenvolverse en la vida. Y para que los jóvenes puedan integrarse en ese engranaje deben aprender de la astucia del marinero o de la que muestran el erizo y la tortuga; de la curiosidad del hijo del elefante y, como él, dejarse aconsejar por alguien más experimentado. Y deberán huir de la pereza, así como de la mala educación y también del orgullo desmedido.
A la lectura deben añadirse las ilustraciones, obra del escritor, que introducen elementos y detalles que interesan vivamente a la imaginación infantil. Sus comentarios son las respuestas a las inquietudes que los niños, sus propios hijos y los que escuchaban estos cuentos, le planteaban.