¿Cómo empezar de nuevo después de una pérdida? ¿Y del desengaño? ¿Cómo recomponer la identidad quebrada, las esperanzas y los anhelos sofocados, prescritos, ligados a otro, a otra existencia? En su vida, Dora Rosário ha de enfrentarse de forma radical a estas preguntas en dos ocasiones. Ésta es su historia, pero no sólo: gracias al deslumbrante virtuosismo de Maria Judite de Carvalho, a su gran precisión, sencillez y contención, accedemos a una intimidad universal, a la conciencia atemporal de tantas y tantas mujeres, familiares, cercanas, pero casi desvaídas y desdeñadas. Una historia que nos llega tras la recuperación de esta imponente escritora cuya reciente publicación en inglés ha provocado una oleada de reconocimiento en Estados Unidos.
Durante diez años, Dora llora la muerte de su marido. Dora, la viuda de eterno duelo; Dora, cuyo tiempo transcurre entre sombras; Dora, devota guardiana de la memoria de su esposo. Y también: Dora, en el umbral de la pobreza, pues cuando Duarte murió las dejó a ella y a Lisa, la hija de ambos, en la indigencia, obligadas a depender de los amigos y de doña Ana —la indomable y excéntrica suegra que nos procurará más de una risa—, hasta que por fin, desorientada y sin experiencia alguna, encuentra su primer trabajo.
En este entorno, por suerte, Lisa parece convertirse en una adolescente elegante, ingeniosa y completamente despreocupada. En la noche de la fiesta de su decimoséptimo cumpleaños, sin embargo, doña Ana revelará a su nuera un secreto devastador sobre Duarte que trasformará para siempre sus vidas.