Lo hemos titulado "Mundo sensible", recordando el concepto filosófico que se remonta a Platón, donde aparecen un conjunto de fenómenos físicos perceptibles y sensitivos. Un mundo habitado con un carácter temporal, espacial, cambiante y corruptible, a menudo definido por fenómenos como el efecto mariposa o la teoría del caos, pero también embellecido por el arte y la poesía.