La triada compuesta por el ritual, lo lúdico y lo mítico impulsa el propósito inicial de este trabajo: investigar en qué medida las características asignadas a estas categorías sirven para interpretar las la literatura de Felisberto Hernández. Hans Blumenberg plantea que el hombre mantiene con la realidad una relación metafórica, y dice que esa relación viene justificada por el distanciamiento que el hombre necesita ejercer frente a la realidad, frente a la angustia que le provoca. La sinceridad literaria que se propone para Felisberto tiene que ver en primer lugar con esta cuestión; él, su narrador, incluso sus personajes, padecen una enfermedad, una angustia donde se encuentra el móvil de las actividades en las que participa. En estos rituales pueden apreciarse una serie de términos que ordenan la transición hacia un espacio propio; y, si bien es cierto que la terminología que emplea no se mantiene inmutable, si lo hacen las condiciones que admiten el desplazamiento. Felisberto tiene dos maneras de relacionarse con la realidad, una de ellas es la “manera de sentir como los demás”, la otra, su “manera de sentir especial”, donde está implícita la separación de lo cotidiano y se manifiesta la fantasía mítica entendida como dislocación, como una relación extraña entre las cosas. Las cuestiones de la sinceridad literaria y la creación de un sistema propio, per.miten describir cómo es que Felisberto dispone sus ambientes especiales, qué motiva esa invención, y aún más, que aquello que la motiva es lo que autoriza hablar de él como un personaje marginal, un trickster que necesita desplazar las fronteras que definen su ubicación. El autor, Sebastián Miras nació en Montevideo (Urugay), en 1980. Es licenciado en Filología Hispánica y doctor en Estudios Literarios por la Universidad de Alicante