Existe un vínculo estrecho entre el neoliberalismo y el despliegue de las políticas de seguridad ultrarrepresiva que se puede resumir así: Difuminación del Estado económico, debilitamiento del Estado social, fortalecimiento y glorificación del Estado penal. No se pueden entender las políticas policiales y penitenciarias sin verlas en el contexto de los cambios en el empleo y en la relación de fuerzas entre clases sociales de las últimas décadas. La "mano invisible" del mercado de trabajo precario encuentra su complemento en el “puño de hierro” del Estado para atajar los delitos o disturbios provocados por el desempleo, el salario precario y los recortes de la protección social. Vivimos con la propagación mediática de una ideología que eleva la competitividad a un carácter de fetiche y celebra la responsabilidad individual (cara oculta de la falta de responsabilidad colectiva). Se responsabiliza de la delincuencia únicamente al individuo y se ignora el contexto social en el que éste se encuentra. En Las cárceles de la miseria se explica cómo esto se traduce en una actuación policial y judicial que reprime a