Ramón Boldú, pionero del cómic autobiográfico en España, ha decidido hablar de la guerra civil, la vida en el geriátrico, la muerte... Pero, a pesar de lo trascendental de todos esos temas, es incapaz de ponerse trascendente del todo, como es habitual en él, aunque lo intenta.
Boldú, una vez al mes, va al geriátrico a visitar a su padre. Suelen matar el tiempo jugando al ajedrez, mientras éste le explica historias de la guerra civil española, que vivió en propia carne, de cara a conseguir material para su próximo cómic. El único familiar vivo que le queda a Boldú es su padre, por lo que es imposible que pueda contrastar la realidad de la alucinante información que éste le trasmite y se reproduce en este cómic.
Al mismo tiempo, Boldú, harto de que le siga ganando al ajedrez y al enterarse de lo que, parece ser, sucede en las guerras, y harto también de las injusticias generalizadas que hay en el mundo, decide inventar un ajedrez con reglas más humanas y que incite a la humanidad a amarse, más que a matarse. El nuevo ajedrez se llama el "tango libre" y se incluye en el tomo.