En La vida ahora el cine y la ciudad conviven, se hablan de tú a tú, se encuentran y se esquivan en los límites del texto o bajo el celuloide que aquí se describe. El cine late con fuerza en la ciudad, lo que ocurre en ella es materia fílmica. Y así es como Melilla se convierte en estas páginas en un inagotable e inquietant e escenario para el cine, para la literatura, para la vida.