En los últimos años, la crisis ecológica y la fascinación por el apocalipsis se convirtieron en figuras recurrentes de nuestro imaginario cultural. Como testimonio de la catástrofe en curso, proliferan discursos ecocríticos que invitan a repensar nuestra relación con el planeta y a generar nuevos horizontes más allá del excepcionalismo humano. Porque hemos alterado los procesos naturales sin deliberación y con efectos devastadores para la geoquímica planetaria, este volumen postula la urgencia de un plan integral para el diseño de una planetariedad viable. La noción de “terraformación”, que en la ciencia ficción del siglo XX invocaba la transformación de los ecosistemas de otros planetas para que sean capaces de soportar vida similar a la de la Tierra, sugiere que en el actual contexto del Antropoceno es la propia Tierra lo que debemos terraformar si queremos que siga siendo una anfitriona posible para sus formas de vida. La propuesta de Benjamin Bratton está muy lejos del ecologismo decrecionista y del mero retorno a una naturaleza idílica y no perturbada. Crítico del legado tecnófobo de la gene