La primera de las novelas con que Virginia Woolf revolucionó la narrativa de su tiempo. «Virginia Woolf es dios, nadie ha escrito mejor.»
Milena Busquets «Igual que James Joyce y Marcel Proust dominó el manejo del flujo de conciencia de los personajes, pero ella añade un valor extra, la sensibilidad femenina.»
Maria Vargas Llosa La señora Dalloway relata un día en la vida londinense de Clarissa, una dama de alta alcurnia casada con un diputado conservador y madre de una adolescente. La historia comienza una soleada mañana de 1923 y termina esa misma noche, cuando empiezan a retirarse los invitados de una fiesta que se celebra en la mansión de los Dalloway. Aunque en el curso del día acaece un hecho trágico -el suicidio de un joven que volvió de la guerra psíquicamente perturbado-, lo esencial de la obra estriba en que los sucesos están narrados desde la mente de los personajes, con un lenguaje capaz de dibujar los meandros y ritmos escurridizos de la conciencia y de expresar la condición de la mujer de un modo a la vez íntimo y objetivo. Reseñas:
«Imposible olvidar el impacto que produce descubrir por primera vez su elegantísima escritura, su finísima ironía, la hondura de los monólogos interiores, su feminismo lúcido y áspero, su auténtica curiosidad por el alma humana.»
Begoña Méndez, El Cultural «Una de las inteligencias e imaginaciones más delicadas que ensayaron felices experimentos con la novela inglesa.»
Jorge Luis Borges «Virginia Woolf sentó las bases de la novela del futuro.»
Jeanette Winterson «Virginia Woolf hace con el lenguaje lo que Jimi Hendrix con la guitarra.» Michael Cunningham «Acabé queriendo leer y releer todo lo que Virginia Woolf había leído y sobre lo que había escrito.»
Ali Smith «[Una escritora] extraordinaria, más novelesca que sus novelas.»
Victoria Ocampo «Virginia Woolf sostuvo la luz de la lengua inglesa contra la oscuridad.»
E. M. Forster «Qué escritora más inmensa, más severa y rotunda en su enfado de mujer harta de limitaciones.»
Antonio Muñoz Molina «En la obra de Virginia Woolf se dieron unas cualidades heredadas y una voluntad inédita e irrepetible en la historia de la cultura inglesa.»
T. S. Eliot