Esta disputa es antigua y persistente; es decir, plenamente actual. La han librado doctos y legos, sin llegar a nada parecido a una conclusión: ¿cuán maleable es la lengua –cualquier lengua– para expresar lo complejo y lo simple, la abstracción más intrincada y la más afilada precisión?
A partir de una entrevista al escritor mexicano Salvador Elizondo sobre las aparentes limitaciones del castellano, la poeta Eunice Odio lleva la discusión al terreno de lo literario y responde en una misiva memorable, abundante en apuntes incisivos, humor mordaz y afecto por quienes han explorado el idioma hasta sus últimas posibilidades. En este libro, dos grandes escritores latinoamericanos se encuentran, desde posiciones contrapuestas, y reflexionan sobre la materia misma de su oficio.