A mediados de los años noventa, en la tercera época de los Cuadernos de Marcha, Ida publicó una serie de columnas con el nombre de “Puntos o La Ley de Heisenberg”, una fórmula que remitía a su pasado, a su pensamiento, a su afición por la ciencia, y que ahora adopta para enmarcar este ensayo de autobiografía literaria reconstruida en base a semillas, retazos, lecturas y fragmentos.