La espesura (Kõrboja peremees) de Anton H. Tammsaare, estructuralmente complicada y muy poética, bíblicamente simbólica, es la novela de amor más extraña y una de las más intensas y trágicas de la literatura estonia. Tan profundamente empapada de este sentimiento, sin embargo, nadie lo menciona nunca a lo largo del libro.
Tammsaare se sirve también de esta emoción para revelarnos los complejos problemas de la vida del pueblo en la Estonia de principios del siglo XX. En la sociedad estonia en ese momento, había una visión de cómo podría ser la república ideal y, junto a ella, existía la realidad sustancialmente diferente.
Anna de Kõrboja surge en ese contexto como una figura distintiva, como una mujer que «tendrá que llevar faldas y pantalones a la vez». Ella es «una extraña» que da nueva vida al pueblo, por lo que es admirada y burlada al mismo tiempo: el pueblo quiere un cambio, pero al mismo tiempo lo teme. Ella y Villu de Katku representan lo universal de la búsqueda de pertenencia a un lugar y los prejuicios que esta búsqueda genera, y muestran cómo, a través del amor —fuerza salvadora y a la vez maldición—, podemos encontrar la redención.