Patrick Wallingford no tiene la culpa de ser irresistible para las mujeres. Aunque su pasividad vital y su desdibujada personalidad sean irritantes, aunque su escasa iniciativa sentimental y profesional sea un incordio, todas desean acostarse con él, y lo cierto es que no les cuesta mucho conseguirlo. Wallingford es periodista en un canal televisivo peligrosamente decantado hacia el sensacionalismo hasta que, en un tragicómico episodio laboral, pierde la mano izquierda y se convierte, de la noche a la mañana, en noticia mundial. Un cirujano le implantará la mano de un muerto en accidente. Pero ese cuerpo extraño, único miembro que ha sobrevivido de otro ser humano que amó, gozó y sufrió con inocente inconsciencia, se enseñoreará misteriosamente de Wallingford, quien, al recuperar el tacto, descubre con asombro aspectos inéditos de su vida emocional. Tal vez a ello no sea ajeno el extraño pacto con Doris Clausen, la joven y hermosa viuda del donante... Con La cuarta mano Irving vuelve con una farsa hilarante que, de repente, cobra el aire dramático de la gran literatura. Estamos seguros de que las tribulaciones del protagonista de esta novela, su lucha contra el delirante mundo de los medios de comunicación y las desdichas que comporta la fama divertirán, emocionarán y darán que pensar a los cientos de miles de lectores que Irving ha conquistado ya en el mundo entero.