En este libro, en continuidad conceptual con otros trabajos anteriores como  Arqueología de la identidad y La fantasía de la individualidad, Hernando se pregunta  por las razones de la creciente violencia, misoginia y explotación. La corriente  de la historia aporta, a este respecto, dos tesis innovadoras y disruptivas. Por un  lado, plantea una suerte de paradoja: cuando creemos estar luchando contra el  patriarcado (ese orden social que da importancia a los rasgos asociados a la  individualidad —racionalización, tecnología, especialización profesional,  riqueza— y minusvalora lo relacional —la generación y sostenimiento de  vínculos, la pertenencia a la comunidad, a un lugar—) podemos en realidad  estar reproduciéndolo. En efecto, al «actuarlo» sin ser conscientes, el patriarcado  se reproduce en nuestras relaciones con el espacio y con nuestro cuerpo.  Por otro lado, la autora argumenta que, con la expansión de Internet, las plataformas  y las app, la construcción de nuestras identidades está cambiando. La  transformación de nuestra forma de entendernos como personas, así como de  nuestra relación con el