En la imponente confrontación de clases que se dio en Francia en 1870-1871 y que tuvo en París su centro de gravitación, nos encontramos en su desarrollo con todo un conjunto de enseñanzas indispensables respecto a la revolución y a la contrarrevolución. El proletariado se tuvo que enfrentar a todos y cada uno de esos elementos de la contrarrevolución que hoy siguen en pleno auge: guerra imperialista, repolarización en campos burgueses, cambios formales en el Estado (imperio por república), recambios en el gobierno, parlamentarismo “revolucionario”, nacionalismo, comunalismo…
Se comprende que organizar en fuerza material las lecciones de ese combate captando tanto las posiciones de fuerza que llevaron al proletariado a hacer temblar la dominación de la burguesía, como de las ideologías, las debilidades, y los errores que finalmente le condujeron a la derrota, es una cuestión fundamental para el triunfo de la revolución social.