La casa de la calle Santo Domingo de Santiago de Chile ha acogido a varias generaciones de la familia Lonsonier. Llegado de Francia, de las colinas del Jura, con una viña en un bolsillo y algunos francos en el otro, el patriarca echó raíces en el país sudamericano a finales del siglo XIX. Su hijo Lazare, a su regreso del infierno en las trincheras de la I Guerra Mundial, vivirá allí con su esposa Thérèse y construirá en su jardín el más hermoso de los aviarios andinos. Aquí nacerán los sueños de volar a su hija Margot, pionera de la aviación, y donde se unirá a un extraño soldado del pasado para dar a luz a Ilario Da, el revolucionario.
Muchos años después, el drama sangriento de la dictadura de Pinochet golpea a los Lonsonier. Llevados por el ojo de la tormenta, volarán juntos de vuelta hacia su destino con la misteriosa leyenda de un tío desaparecido como único legado.
Bonnefoy pinta así el retrato de una estirpe de desarraigados, su propia familia, cuyos terribles dilemas, unidos a las heridas de la Historia, revelan su profunda humanidad.