Grandes esperanzas puede concebirse como el epítome del período experimental de Dickens, como el colorario de una serie de reflexiones sobre la actitud cruel que el conjunto social exhibe sistemáticamente hacia el individuo, combinada con la sospecha creciente -expresada además en un tono aún más descreído que el de las novelas de juventud- de que acaso las bondades de la sociedad victoriana -y del programa ideológico que defiende- conducen, de forma irremisible, a la destrucción del individuo.