A través de unos textos salpicados de frecuentes reflexiones personales (cuando no autobiográficas), Fotomatón propone un recorrido por algunas de las obsesiones del autor. Monteagudo se detiene en los náufragos de la sociedad, recupera paisajes de su infancia, se adentra en el proceso mismo de la escritura o explora los límites entre la realidad y lo fantástico, ese reverso inquietante delo cotidiano, ese afilado borde entre el miedo y el desasosiego que a menudo se filtra en nuestro pretendidamente sereno y ordenado mundo.