La crisis de la vanguardia, su conversión en fantasma, el efecto que eso produce en la cultura y en la política y cómo la literatura se vuelve ruina son algunos de los ejes del libro. Pero también la dimensión económica de la lengua, la posibilidad de un nuevo tipo de cosmopolitismo y las tensiones en torno al mundo de la edición. Escrito con un tono agudo, filoso, tal vez provocador, siempre cargado de erudición e ironía, "Fantasma de la vanguardia" retoma la tradición del ensayo literario como un género perturbador y solitario. Quien lo escribe está en soledad. Quienes lo leemos pertenecemos a una comunidad imaginaria hecha de seres singulares.