Una bolsa de plástico con fotografías. La protagonista no sabe cuándo fueron tomadas muchas de ellas o por qué Julián, su hermano, decidió guardarlas. Las observa una a una. Los charcos, los columpios, el loro azul. El sepia se ha comido el color de algunas imágenes, pero no se ha llevado el olor a hule quemado ni el sonido de los golpes. Todas juntas trazan el mapa de una infancia llena de maltrato y silencio.
En Entre los rotos la narradora nos ofrece un recorrido desgarrador por su juventud, a través del cual intenta reconciliarse con su familia, pero sobre todo consigo misma. Un relato sobre la reconstrucción de una vida hecha pedazos que ya no pueden juntarse.