'El perdedor es el que tiene ansia. Al final del camino nuestra intuición es lo único real que nos pertenece, la isla solitaria en la que sobrevivimos los náufragos' Así comienza el vertiginoso viaje de Odica hacia las oscuridades más profundas del alma o quizá, no sin paradoja, hacia la iluminación total. Epopeya química a través de paisajes alucinantes habitados por criaturas alucinadas, Enteógeno 2312 actualiza a la vez el mito de Ulises y el Ulises de Joyce; mejor aún, disuelve esos relatos en un cóctel sin fondo de sustancias con efectos a veces oníricos y angustiosos, a veces reparadores, siempre estimulantes.