Las adversidades que acompañaron a César Vallejo durante toda su vida toman una especial relevancia en los años 1926 y 1927. A tres años de su llegada al exilio, con una investigación judicial en el Perú que continuó abierta y una precaria beca española, el poeta intentó proyectos, artículos y diversas estrategias para superar la difícil situación económica. Su confrontación con las vanguardias lo hace el más vanguardista y solitario. Su constante inconformidad lo embandera entre las voces heridas de un siglo despiadado y contradictorio. Y su poesía será el triunfo destinado a convertirlo en un clásico de la literatura universal.