«Un recuerdo muy antiguo. Lo primero que escribo en mi vida es mi nombre de varón. Aprendo una pequeña parte de mí». El viaje inútil arranca anunciando zozobras y maravillas. Con una intensidad y una rabia inusuales, Camila Sosa Villada, autora de Las malas, ensaya en clave autobiográfica el relato de una deriva que va de la infancia al posterior ejercicio de la prostitución, el tránsito desde el travestismo al teatro y el choque con la escritura como lugar de posibilidad y peligro, de expresión de vitalidad y borramiento.
«Escribo, así, tan alcohólicas son mis palabras como lo fue mi papá y tan desamparadas e inestables como lo fue mi mamá».