En esta nueva indagación sobre el Homo sacer, que ha vertebrado su obra durante los últimos años, Giorgio Agamben se centra en la figura del juramento, explorada con su sólita maestría en las fuentes clásicas, que en su condición de "sacramento del poder" ha desempeñado un papel central en la historia política de Occidente. La obra nos introduce, manteniendo siempre firme su hilo conductor, en un muy rico repertorio de temas y sugerencias. Sirva como ejemplo su excurso sobre la relación entre el aura sagrada que envuelve al dinero y la sacratio que se llevaba a cabo en el proceso romano al depositar una suma de dinero en sustitución de un ser vivo propiamente sacer. Sacramento del poder, el juramento es también y sobre todo sacramento del lenguaje y, por tanto, de la antropogénesis, del devenir humano del hombre. Pero frente al predominio del paradigma cognitivo que ha caracterizado a los grandes modelos de la lingüística contemporánea, Agamben pone el énfasis en el ethos, en la primacía de los problemas de orden ético y político y, en definitiva, en la correspondencia entre el homo sapiens y el homo iustus, que, por medio de su palabra, pone en juego su propia vida y su destino. El juramento es "consagración del viviente a la palabra por medio de la palabra" y, por eso, el creciente quebranto del vínculo que a través de él se establece entre el hombre y su lengua -la efectiva desaparición del juramento en la vida colectiva- tiende a producir la disyunción correspondiente entre el viviente, cada vez más reducido a realidad puramente biológica y nuda vida, y el hablante, sometido en el seno de la multiplicidad de los dispositivos técnico-mediáticos a la doble experiencia de la progresiva vanidad de su palabra y la precariedad de su vida política.