Un día el editor que firma esta obra recibe un encargo sorprendente: debe terminar una novela de Mario Vargas Llosa, pues el escritor, que acaba de recibir el Premio Nobel, no puede continuarla debido a sus innumerables compromisos sociales.
Este divertido libro, al que su autor llama novela, es un paseo —con la obra de Mario Vargas Llosa como hilo conductor— a través de la literatura hispanoamericana del siglo veinte. Con una escritura repleta de guiños, desenfadada y bienhumorada, Riestra se sitúa frente al academicismo para hacer, en compañía del lector, un recorrido que nos lleva lo mismo por obras clásicas que por joyas secretas.
Pero, aún más que eso, El negro de Vargas Llosa es un acercamiento al glamour desenfrenado del mundo del libro en español, además de las memorias de un editor «de provincias» que pilota un proyecto tan erudito como personal y que aquí nos contagia, con amabilidad juguetona, sus pasiones intelectuales.
En definitiva, un fabuloso divertimento con el que disfrutará cualquier persona enferma de literatura. Una delicia, vaya.